Miércoles 23 Sept. SEVILLA-CARMONA-SEVILLA

LA LEGION PERDIDA.-
Día XXIII septembris, MMXX, convocada ruta por uno de los mayores exploradores de que ha tenido nuestro grupo, Iesus Autem Triana National Aliquam.
Conocido por sus interpretaciones de los mapas de Wikiloc y su gran pericia sobre el terreno, consiguió reclutar un puñado de valientes legionarios que se aventuraron a seguirle desde el extrarradio de Híspalis hasta las entrañas de la ciudad de CARMO.
Antes de la salida de este grupo de valientes, causaron baja varios de sus componentes, unos alegaron que tenían que acompañar a la mater contripti en su paseo semanal, otros fluxus noctis morbo la noche anterior, alguno incluso alegó que su montura había sufrido desperfectos imposibles de reponer, otros simplemente no aparecieron el día “D”.
El grupo encabezado por el gran explorador inició la andadura hacía un territorio inexplorado hasta ese momento, a lo más que habían llegado en anteriores rutas fue a las puertas del Gandul, donde la experiencia no fue muy gratificante, aun así, comenzaron su andadura.
Cruzaron la villa de Valdezorras, donde pudieron contemplar la diversidad de edificaciones allí existentes, estas iban desde auténticos chozos hasta casoplones de dudosa construcción.
Adentrados en los campos áridos de estos territorios, comenzaron los problemas de orientación.
El centurión LP, que también llevaba la última tecnología en cuanto a mapas y GPS, encabezaba la expedición, siguiendo con cautela la “raya roja” que señalaba el camino a seguir, momento en el que mirando hacia atrás el grupo observó que el gran explorador no se encontraba con ellos.
Rápidamente contactamos con el perdido, que había parado algo más atrás para comprobar que el camino era el correcto, momento en el que detectó que la ruta que pretendía realizar había sido cargada en el artilugio de localización al revés, por lo que convenció al resto de la partida a cambiar el sentido de la ruta, no sin tener alguna que otra discusión con el centurión que hasta ese momento nos guiaba.
Desde ese momento, algunas unidades del grupo ya empezaron a dudar de la capacidad de orientación del gran explorador, en particular Ioaquin Magni, el resto de GPS comenzaron a emitir una serie de ruidos hasta ese momento desconocidos para sus propietarios, aun así el grupo siguió adelante.
Nos adentramos en un campo donde se procedía a la recolecta de arboribus olivarum purissimum, y aquí nos encontramos la primera muralla insalvable, la temida AGUA.
Todo el mundo miraba por donde atacar ese lago de agua que se nos cruzó en el camino, el explorador quería convencer al grupo que pasando por allí apareceríamos de nuevo en una vía que nos llevaría a Carmo.
Desmontados de nuestras cabalgaduras, pudimos observar como un GRAN CHEROKEE cruzaba la laguna, el grupo quedo estupefacto al comprobar cómo se hundía y casi entraba el agua en el compartimiento del conductor, no obstante el National Aliquam examinó el lateral de la ribera para ver si la podíamos cruzar pasándonos las monturas….imposible, más de un metro de distancia entre orilla y orilla.
Magni, empezó con su lenguaje corporal a mostrar su disconformidad con la táctica del gran explorador, haciendo amago de volver hacia Híspalis, el grupo comenzó a deshacer el camino andado, cabizbajo y pensando que el avituallamiento se demoraría en exceso.
Tras kilómetros de caminos polvorientos, encontramos la vía paralela a la gran vía magna y pensamos que volvíamos a la senda correcta, error, nuevamente nos quedamos sin camino, de nuevo vuelta atrás, adentrándonos en un olivar que igualmente acaba en una malla metálica que impedía su paso, de nuevo a deshacer el camino andado.
Nueva parada, GPS encendidos y estudio de mapas, momento en el que vimos acercarse hacia nosotros otro grupo de exploradores, se alegraron al vernos, pero duró poco, también estaban perdidos, el que encabezaba el grupo casi antes de llegar a nosotros ya preguntaba que si sabíamos cómo salir allí.
Después de examinar teléfonos y gps, el “Prefecto Invalidus Avilesino” tomó la última decisión, tajante, contundente, ya que el grupo empezaba a mirar con hostilidad al gran explorador, atravesar una urbanización que nos volvería a llevar al camino de servicio para por fin llegar a “Carmo”.
Atravesamos la nueva urbe, no sin alguna que otra duda, y llegamos a la carretera principal, ya parecía que en breve llegaríamos a nuestro destino, entramos en la población y buscamos avituallamiento, el tiempo se echaba encima e iba siendo hora del “ientaculum”; la subida al mirador quedó cancelada, varios miembros se negaron a subir debido a que ya presagiaban que la vuelta podía ser aún peor, ¿se equivocarían? o llegaríamos a la hora de la “vesperna” sin pasar por el “prandium”, todo estaba por suceder.
Paramos las monturas en una venta situada a la entrada de la primera rotonda que nos encontramos, de nuevo la tragedia, ahora a la hora de pagar, el mesonero detectó claramente que jamás volveríamos a pasar por allí y nos aplicó el “tributum in capita” para que recordásemos que allí no se podía parar.
Al menos repostamos y recuperamos fuerzas para iniciar la vuelta, de nuevo la duda en una rotonda, unos para la derecha otros para la izquierda, el gran explorador miro sus mapas y convenció al grupo de tirar hacia la izquierda, al fondo se podían apreciar prados y convenció al resto de que por allí, saldríamos nuevamente a caminos de arena que nos llevarían de nuevo a la ciudad. Tras bajar una cuesta considerable, cogimos algo de campo que nos hizo pensar que volvíamos de nuevo a un camino por donde podríamos marchar sin problemas, subida, bajada, piedras, senderito gracioso y…….al final del sendero, se acabó, el sendero terminaba en lo más alto de una loma desde la cual se divisaba un sembrado de trigo recién cortado, arado y con todo el pasto cubriendo las roderas, al fondo se divisaba no sin algo de imaginación, algún camino ya que observamos que circulaba alguna persona por él.
De nuevo la duda y sopor se adueñó del grupo, ¿hacia atrás de nuevo?, en ese momento el “Prefecto Invalidus Avilesino” grito “patrás na de na”, por aquí bajo yo, y tras él, el resto empezamos a bajar la loma del sembrado, larga, peligrosa, llena de pasto que ocultaba el rastro que había dejado el arado a su paso, al final del camino… por fin … una vía llana, ancha, AMARILLA, como nuestro tan querido y añorado “camino amarillo”.
Al menos habíamos encontrado algo donde poder rodar y acelerar un poco y recuperar algo el tiempo perdido, ya que empezaba a pegar el sol y aún quedaba bastante camino por recorrer.
Aun así, nadie sabía dónde acababa aquello, después de un tironcito a ritmo “ligerito”, llegamos a un cruce donde unos peregrinos intentaron aclararnos el camino a seguir, imposible, no habían salido de su aldea, y pretendían que llegásemos a la ciudad del Gandúl, omitimos esta información y seguimos algo más adelante. De nuevo un cruce y una cuesta considerable a la derecha que decidimos tomar, aquella zona parecía conocida para parte del grupo, subimos y cruzamos la población, en ese momento no tenía ni idea de donde nos encontrábamos, en alguna de las dos poblaciones del “Alcor”, o en Alcalá, ni idea.
Una vez cruzamos la población, pillamos carretera de asfalto buscando nuevamente el paralelo de la “VIA IV”, esta zona ya era conocida, hace una semana había pasado por allí con el gran explorador, por lo que la tranquilada volvió a mi ser, yo al menos no me perdería.
Atravesamos una nueva urbe que nos llevó a un “trialerita” de arena roja y piedras gordas, donde Joaquín Magni, casi va al suelo, la culpa parece ser fue mía, que iba delante, no que él iba atascao en su montura y no fue capaz de pegar un golpe de riñón para salir de atolladero, pero bueno, era comprensible después de lo acontecido durante toda la mañana los reflejos empezaban a fallar. Seguimos adelante, cruzamos la gran VIA unos metros en dirección prohibida para poder encaminarnos hacia los sembrados y carretera que nos llevaría a la fábrica de KoKa-Kola. De nuevo el ritmo de pedalada iba subiendo, las fuerzas empezaban a fallar, algunos de descolgaban unos metros y volvían a enganchar.
Ya estábamos cerca de Valdezorras, cuando cruzamos el canal pudimos oír al gran explorador “hasta aquí he llegao”, “voy frito”, expresiones de aliento que avivan la capacidad de sufrimiento de los que estamos algo mejor y aprovechamos para venirnos arriba y pegar un golpe de autoridad y acabar la “faena”. El “R” pegó un par de tironcitos, fui tras él, tras de mí el centurión llegado de A Costa de Morte, alentando al grupo diciendo que la media iba subiendo y ya estábamos por encimo de 21 de media. Prefecto Invalidus Avilesino, a pesar de su reciente operación de meniscus, seguía aguantando, y el magni “sobrao” tiraba como un poseso.
Definitivamente esto se había roto ya no importaba, estábamos en casa, o sí?, aguanté con estos salvajes hasta la llegada a la “tabernae” para reponer la perdida de líquidos con la ingesta de brytos, el resultado de la fermentación del trigo y la cebada.
Relajados conversamos y reímos de lo acontecido durante la mañana, tomando unas brytos, pero se podía apreciar en el rostro de más de dos los estragos de la ruta, algunos seguramente se habrán tumbado en su “lectulo” con las piernas colgadas de las cortinas, hubo incluso quien tuvo que ser llevado a su casa en una cuadriga ya que las piernas las tenía como dos marmolillos.
Hasta aquí, es cuanto os puedo contar de lo acontecido la mañana del XXIII septembris MMXX
Un abrazo para todos y daros las gracias por estos ratos, sois increíbles y los mejores.