Crónica Aznalcollar

Poco hay que contar de esta ruta, que no sea el relato del disfrute que supone el hacerlas junto a mi amigo Angello. La propuesta era simple y conocida: Aznalcollar – El Alamo – Aznalcollar, con las únicas variantes de subir al Cejo y buscar un cortafuegos, del cual nos habían dejado unas magnificas referencias.
Hacía mucho que no visitaba esta zona, pero en mi memoria se almacenan infinidad de imágenes de ella. Mi disco duro sigue teniendo suficiente capacidad. Las temperaturas habían caido, el frio era el propio y el que debe hacer en un mes de enero. El sol aun no había despertado, las luces traseras, en un continuo guiño, eran la única visión que teníamos el uno del otro. Estábamos helados.Un biker “PRO” – desde el cariño- nos pasa como una exhalación, dando ¿ánimos? ¡Venga no enfriarse!. Un par de minutos pasaron y ya con temperatura positiva en el cuerpo, nos pegamos a su rueda trasera. Entabla conversación ¿Dónde vais? (con voz entrecortada). Supongo que haréis un recorrido largo por la hora de inicio, añadiendo un curioso ¡LOS QUE ESTAMOS EN FORMA ES LO QUE SOLEMOS HACER!. Contestamos educadamente suponiendo que se uniría a nosotros. Nos miramos Angello y yo- y subimos un par de puntitos el nivel de exigencia- Ya no le vimos más. Nos quedamos con la duda del estado físico real del hombre.
No parábamos de picar hacia arriba, como en todas las rutas que hacemos últimamente. El sol empezaba a destaparse lentamente, cosa que aprovechamos para sacar un par de fotos (pocas hubo hoy) y configurar mi sillin que se movía. Por unos instantes rompimos los sonidos del silencio. El recorrido, hasta ahora, había sido lineal y seguíamos sin noticias del “pro” (ahora ya en minúsculas) . El frio había desaparecido completamente. Tomamos un carril que nos indicaba El Cejo, bonito tramo y espectacular las vistas desde lo alto. Queda anotado en agenda para próximas rutas por el lugar. Buena bajada hasta la ribera que cruza el puentecito. La sombra y la tremenda humedad nos acompañaron durante la misma. Las mangas del maillot impregnadas del agua que iban dejando las matas que se hospedaban en el borde del camino. La cara mojada de los salpicones de rocio que nos regalaba cada giro de la rueda delantera. No hubo fotos. Hoy era un día con prisas. Tocaba subir de nuevo. Los pulmones henchidos de oxigeno y de olores a monte, hacían mas fácil la ascensión. Me encanta subir con Angello. El ritmo que impone (sin duda por debajo del suyo) para mi es llevadero, haciéndome disfrutar no solo del agradable sufrimiento que supone tocar cumbre, sino también disfrutar del camino que voy recorriendo. Bajada hasta el Alamo, con parada para dar cuenta de medio samwick con Nutella, un par de fotos y a seguir restando minutos al reloj. Tramo de asfalto con constantes “subes y bajas”, hasta encontrar el desvío del cortafuegos buscado, que por cierto nos habíamos pasado y sin remedio tuvimos que volver hacia atrás para localizarlo. Buena subida y posterior bajada hasta su lecho nos esperaban. Apareció con una mueca que no presagiaba nada bueno, erguido a nuestra derecha, ¡Brutal! Imposible. Ese no es, decía Angello, teníamos que seguir. Ahora sí, allí estaba. Sin palabras, el otro era el hermano pequeño, creo que con eso basta. Nos volvemos. Subir a pie no tiene sentido. Desandando el camino nos topamos con Raw y los Hispabikers, que nos ofrece continuar con ellos en dirección contraria. Otra vez será, llevábamos mas de 50 kms y bastante prisa. Enlazamos con la carretera y tras unos kilómetros cogemos un carril forestal situado a la izquierda que nos llevaría a Aznalcollar. Sin duda el tramo más rápido, alternando grandes bajadas con algunos repechos de subida. Muy, muy divertido y aconsejable. A nuestra derecha quedaba dibujado el sendero de La Sebastiana. Ultima subida ya desde carretera y llegada con 70 kms y 1370 metros de desnivel en 3 horas 58 minutos de movimiento. Rápido cambio de ajuar y para casa, donde ávido esperaba mi hijo para jugar su partido de futbol. Por cierto ganó. Se puede hacer de todo un sábado.

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como siempre alegrandome el lunes ,grande lancha

como siempre magnifica cronica amigo Jose antonio,gracias por tu trabajo,es un honor para mi y supongo para toda la familia pringosa por hacernos tambien de alguna manera protagonista de la ruta.Lancha darle a tu chico la enhorabuena por salir triunfador en el partido de hayer.Saludos.