cronica Aznalcollar-El Alamo- Aznalcollar

La descripción de la ruta no varía mucho de la hecha hace algunas jornadas. Aznalcollar es archiconocida. Todos sabemos de su semblante y la salida de hoy, en cuanto a recorrido, no dejaba de ser algo más de lo mismo, al menos en cuanto a la paisajística y morfología del enclave se refiere. Otro cartar, y tan épico como el del “Mio Cid” es aguantar la ruta al ritmo de “tran-tran” que nos marcarían los personajes que nos acompañaban en esta ocasión. Por una vez la dupla Angel-Lancha no se produjo, dando paso a un cuarteto bastante desigual y poco homogéneo, por un lado dos integrantes del Kanina Team, Sergio y Juanjo y por otro Angel (buen ciclista) y Lancha (Master globero). A Sergio ya le conocía,  a él y algunas de sus sonadas proezas como ser Podium en los 101 de Ronda, entre otras cosas, a Juanjo no tenía ¿el placer?, pero si entrenaba con el susodicho, malo no debía de ser. Chicos rápidos estos, tanto que se olvidaron del otro componente del equipo que nos acompañaría. Expectativas de triunfo (en cuanto a terminar la ruta) no había demasiadas desde el momento en que un wasap de Sergio, decía: “Lo peor ya está hecho” referiéndose a haberse levantado. Eso era lo duro para él, manda huevos. El parking de geriátrico -ahí tenía que haberme quedado yo- estaba hasta la bandera. Multitud de ciclistas había apostado por Aznalcollar para pedalear este sábado. Estas salidas sirven para poner las cosas en su sitio. Una vez mirados de arriba a abajo los contrincantes y sopesadas las nulas posibilidades de diversión, comenzamos a rodar. Algún Kilómetro de asfalto, trialera a la izquierda y llegada a otro tramo de carretera para empezar con el pisteo propio de esta zona. No llevábamos ni 10 kms, cuando la respiración y las piernas no estaban como debían. La moral en caída libre, y las ganas de abandonar, todas las del mundo. Observaba el pedalear de los Kaninas y lo plipaba en colores, iban relajados hablando, con un pedaleo suave y uniforme y yo con el corazón en la boca. La suerte hizo que un grupito de unos 10 bikers, nos parara un poco, ellos los sortearón sin más, y yo tuve la excusa perfecta de no tener hueco para pasarlos, hasta que ya no colaba y muy a mi pesar mío y sin mas remedio, los dejé atrás. La subida hasta la Pata del Caballo, fue en la misma tónica, ellos delante, Angel y yo algo más atrasado sin apenas distinguir en la lejanía los colores de estos calaveras. En su descarga decir, que nos esperaron una vez notificado que seguir sus ruedas, se convertía en una nueva versión de Misión Imposible. Sergio me comenta que ha puesto cerca de 7 kilos en vacaciones, que no ha cogido la bici demasiado, que si subida a los Lagos de Covadonga y otras cositas por el estilo es lo único que ha hecho en el periodo estival. Jajajaja me entra la risa tonta. Me concentro en el pedaleo y en tomar aire en la bajada que desemboca en el puentecillo que hay antes de empezar la subida hasta el Alamo. Ascenso a duo, Sergio-Angel, Juanjo-Lancha, buena pareja me busque o ¿me buscó?  Coincidimos al fin en algo: El vértigo. Me comentó lo mal que lo pasó en alguna zona de la Transpirenaíca, o en la vuelta a Murcia. !Vaaaamos! rutas más que conocidas por mí (otra vez la dichosa risa tonta). Sinceramente fue muy agradable el compartir estos kilometros con él, me pareció una persona fantástica. Llegada al Alamo. Cargar botellas de agua y decisión sobre hacer la ruta entera o no. A mí personalmente una vez metido en faena, mientras respetaran mi ritmo, no había problemas, lo mismo me daban 60 que 80. Juanjo nos dijo que tenía algo de prisa y que no tendríamos tiempo de pararnos a tomar tranquilamente algo. Desición lógica, acortar la ruta y seguir con el ritmo, mas que alegre que nos marcaban. Tramo largo del carretera hasta la fuente del chorrito. En el que los constantes sube y bajas asfaltados seguían minando nuestras piernas. Yo rodando muy fuerte y ellos relajados, sin agarrar el manillar. De nuevo zona de pisteo, rápido, el ritmo que imponen es llevadero al menos para no separarnos. Se nos pasó por la cabeza hacer la Sebastiana, pero el crono lo llevábamos perfecto para estar mas que relajados delante de una birra, y la ignoramos sin ningún tipo de rubor. Recibo los consejos de Sergio sobre la forma de trazar las curvas para ahorrar esfuerzos aprovechando la inercia y dar un plus de seguridad al pedaleo. Llegada al Pantano, nuevo repecho y hasta Aznalcollar los cuatro juntos hasta la trialera primera, la cual ellos deciden hacerla en sentido contrario y Angel y yo seguir por carretera, que aunque nos metía de dos a tres kilómetros más, era más llevadera. Llegada a los coches, fotito, cambio de ropa y para el bar de las Albóndigas. Esta gente, nos vuelve a demostrar que nos ganan también bebiendo y comiendo. La verdad es que el queso estaba para repetir la ruta, solo para comerlo después. Jajajajaja otra vez, la risa tonta. Un placer (sin comentarios) rodar con estos dos monstruos Champions League que nos metieron 62 kms y 1260 metros desnivel en 3 horas y  18 minutos en movimiento. En fin vuelta a la realidad  y a seguir a lo mío: Terminar las pruebas a las que voy, la próxima Paterna a la que voy para disfrutar con la corta y reirme de verdad (sin risa tonta)

Grande lancha si señor ,algunas veces necesitamos también un golpe de realidad para saber en qué punto estamos, pero también para ver el camino que has recorrido y ver que a otros que empezaron hace años o a tu vez quedan muy atrás. , Todo no va a hacer negativo, un placer hacer ruta tras ruta con un tío como tu