Cronica Capitana 2016

Dos años años llevaba sin participar en esta prueba. En el 2014 por enfermedad y el año pasado por dejadez, desgano y sobre todo por el poco interés que mostraron en ella, los distintos grupos con los que comparto mi afición por la bicicleta. Es la primera prueba competitiva en la que participé y a la que más veces he acudido, si bien he de decir que me tiene algo desilusionado. No comparto esas historias de ranking andaluz y sevillano ni otros títulos rimbombantes, creo que el concepto y la posibilidad de participación de los mortales corrientes se irán reduciendo a cero, cita trás cita, mientras se siga con esta tónica y sigamos corriendo todos juntos. Bajo mi modesta opinión esas cifras de elevación sobran. Las medallas las muerden siempre los mismos, incluso con menos desnivel, solo hace falta mirar las clasificaciones de las distintas pruebas y ver que los nombres que ocupan los primeros puestos suelen repetirse una y otra vez, sin embargo con estas cuotas tan elevadas de inclinación positiva restan la posibilidad de aparición en las mismas a otros muchos (entre los que yo obviamente me encuentro). Sin duda pertenecemos a distintas ligas. Cosas como esta, me hacían cuestionar mi participación, y remarcar en el calendario con letras mayusculas RUTA CORTA. Que le voy a hacer me cuesta trabajo permanecer ajeno a ciertas cuestiones y por supuesto teniendo en cuenta que nadie me llama, que acudo a estos eventos por que quiero y sé además a lo que voy. Pero,……. como tambien soy de los que prefieren arrepentirse de lo que han hecho y no de lo que dejan de hacer, cambio el chip en connivencia con mi almohada y me declino por la larga. ¡Toma ya!.

Y ahí volvía a estar. ¿por “postureo”? Maillot impoluto y un puñado de amigos, todos con unos nervios impropios de los que van solo a divertirse. El escenario, el mismo que conocía, y nosotros en la trastienda de toda esa jungla. Fórmulas mágicas para esto no existen y durante la Semana Santa (con vacaciones incluidas), como es lógico para los que no vivimos de esto, el entrenamiento, ha sido de escaso a nulo, y si además le añadimos una gastroenteritis -un virus según los galenos- el panorama se tornaba en poco alentador.

Mentiría si digo que no barajé la posibilidad de la corta de nuevo, la climatología no jugaba a favor de otra cosa. No solo hace falta aguantar, sino hacerlo dignamente , y colocado en el cajón de salida junto a cientos de contendientes, tenía serias dudas. Así, se lo comentaba a AntonioABS. Ya no habría lugar al retorno. Para colmo de males, el mal tiempo se había vestido definitivamente de lluvia, se había inscrito a esta prueba y además acompañada de un par de gregarios de lujo; el frío y el viento.

Salida entre una inmensidad de colores rebosantes de ganas de demostrarse sus límites, sus cualidades, y ¿por qué no? también sus flaquezas. Infinidad de ciclistas que conozco, no paraban de saludarme. Nombrarlos a todos sería largo y con muchas posibilidades de olvidar a muchos.

A las primeras de cambio y bajo un más que interesante aguacero empezamos a subir. Estaba claro de que iba esto. No habían pasado apenas unos kilómetros y en la subida al Cerro de La Capitana (el punto más alto de la Sierra Norte) ya había bastantes ciclistas poniendo pie en tierra, me pareció excesivo, de verás, La prueba era como era y nunca se habían escondido datos, cada uno puede pensar lo que quiera, pero a la vez no engañarse y tener claro sus limitaciones, sin obviar que todo requiere un esfuerzo, un sufrimiento.

La idea era marchar juntos Jose Mari y yo todo el tiempo. Empezó por delante mía en la subida, eran demasiados los bikers que nos separaban para acercarme rapidamente. Al fin lo logro, y poniéndome a su altura lo animo y le doy el relevo, sin duda le pasó lo que a mí, por mucho que aflojaba no me alcanzaba, de esta forma rodé solo hasta el corte de la Larga con la Corta.

Había pasado por la Ermita de Nuestra Señora del Ara, a los pies de Sierra Morena, ya muy cerquita de Fuente del Arco. La Campiña extremeña estaba espectacular y por las bondades que nos ofrece este deporte podíamos disfrutar de ella. El escenario del sendero era un puro barrizal, los parones eran constantes. Me doblaba con Pepe, un compañero de Montequinto que hacía la ruta con unos amigos. Victor (Luciernaga), con quien rodé un buen rato después, estaba muy cerquita tambien.

El frio y el agua habían hecho estragos en tiempo record sobre el cuerpo y moral de los que por allí pululábamos. El verde mojado de los olivos y encinas daban un punto más de gelidez. El romero y tomillo destilaban gotas de olor por todos sitios. Mucha gente dando ánimos, y ya tenía mérito estar allí para dar algo de calor a la tropa.

Bajada espectacular tras la Ermita y algún que otro repecho hasta Fuente, lugar que tenía en mente como punto de inflexión para esperar a José Mari y tomar una decisión sobre que hacer respecto a la ruta a seguir. Mucho frío, parado, esperando a mi amigo, tardaba en exceso, ¿habrá pasado algo?, una llamada por teléfono, otra, otra y nada. Preocupación, hasta que le veo aparecer. Victor ya se había marchado. Descanso obligatorio para tomar algo y reponer fuerzas, no podía hacerle la parada del hijo p… (sabeis a que me refiero). Algunos minutos más y lanzó la pregunta del Millon ¿Qué? ¿papas o bistec? (en realidad fueron dos) . La respuesta estaba clara y además, era la lógica y la que yo esperaba y deseaba. Era la más sensata: LA CORTA. No estaban el tiempo ni los caminos para el disfrute ni mucho menos. Salida del Pueblo y nos topamos con una pared tremenda que por fortuna nos había cogido con algo de fuerzas tras el avituallamiento. Los picajes y controles brillan por su ausencia (punto negativo). La subimos con el grupo de Morón “Nos vamos de ruta”, dando inicio a una zona muy bonita y dura con la inclusión de la subida al Conjuro, 5 kms, al 7 % nos informaban en un cartel y con una bajada que lo precedía y en la que Jose Mari se fue al suelo en una curva cerrada, sin mayor consecuencia por fortuna.

El ascenso lo hicimos bien. Disfrutando del trazado ya que del paisaje era imposible, una densa niebla no dejaba ver nada prácticamente. Coronado el Conjuro, rodamos un tiempo por un tramo mas o menos llano en compañía de un nutrido grupo de bikers, con los que nos relevábamos dando pequeños tirones. Perdida del dorsal de … (seguro que lo habeis adivinado), hoy le pasaba todo a él, nos paramos de nuevo para ir en su búsqueda, obligándonos a dar un nuevo empujón para coger de nuevo al grupo. Solo nos quedaba como punto fuerte el tramo de los Olivos. Lo recordaba y le tenía mucho respeto. Se lo pesada que es esta zona y lo cansina que se hace. Ritmo constante y charlas con Luciernaga, Jose Marí y los bikers que rodabamos juntos, me hicieron muy liviana la subida, la mejor que he hecho en mis tres apariciones por La Capitana. Llegada a la Carretera y fuerte bajada por asfalto hasta la meta. Buen tiempo empleado (4 horas 3 minutos totales, así que en movimiento estuve sobre las 3´35, aprox.) aunque pudo ser mejor sin duda, pero me quedo con la forma de terminar; fresco, sin mucho cansancio. Cambio de armadura y con premura nos dispusimos a comer en una caseta prácticamente vacía. Repetimos plato de arroz y para hacer tiempo, antes de volver a casa, nos apostamos en las vallas de meta a la espera de algun conocido. Mtbmontequinto entraba después de hacer la larga, tambien Raul y Cala (Hispabikers) a los que saludamos efusivamente. Mi compañero por excelencia Angello aun no había llegado, tenía ganas de darle un abrazo y felicitarlo pero empezaba a coger frio de nuevo, y como hoy primaba la lógica en todo momento, ahora tocaba partir, sin más

Ya en casa, calentito y relajado pensé que la “larga” quizás se me hubiese hecho muy pesada tal y como estaba el terreno, pero la corta realmente se me hizo, corta. Señores de la organización por favor para próximas Capitanas una ruta intermedia, please, que soy el espíritu de la contradicción. Mis mas sinceras felicitaciones a todo el que ha participado. Hoy las condiciones eran extremas; muy duras y muy diferentes a las que se dan en casa esperando la crónica de Lancha.